Entre Italia y Francia se originó otra corriente denominada clasicismo, igualmente realista, pero con un concepto de la realidad más intelectual e idealizado, y donde la temática mitológica era evocadora de un mundo de perfección y armonía, parangonable a la Arcadia romana. En el ámbito francés destacó Nicolas Poussin, artista de un sereno clasicismo, quizá el inaugurador del desnudo académico, por ser culto e idealizado, basado en la plasmación en imágenes de la cultura erudita que tenía como base temática la mitología y la historia antigua.