Un clasicismo más sereno se percibe en la Italia central, como en la Muerte de Adán (1452-1466) de Piero della Francesca, cuyas figuras desnudas tienen la gravedad de la escultura de Fidias o Policleto, o el Apolo y Marsias (1495) de Perugino, equipacion city de un claro aire praxiteliano. Piero di Cosimo, que también retrató a Simonetta Vespucci como Cleopatra (1480), fue un artista original dotado de gran fantasía, con obras inspiradas en la mitología, con un aire algo excéntrico, pero dotadas de gran sentimiento y ternura, donde las figuras -junto a una gran variedad de animales- se hallan inmersas en amplios paisajes: Vulcano y Eolo como maestros de la Humanidad (1490), Venus, Marte y el Amor (1490), Las desgracias de Sileno (1500), La muerte de Procris (1500), El descubrimiento de la miel (1505-1510), Batalla de Lapitas y Centauros (1515), El mito de Prometeo (1515), etc.
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