William Blake fue un artista visionario, cuya onírica producción solo tiene parangón con la fantástica irrealidad del surrealismo. Influido por Miguel Ángel y el manierismo, sus figuras tienen la torsión dinámica del Juicio Final miguelangelesco, aunque en ocasiones se fundamentan en cánones clásicos, como en La danza de Albión (Día de alegría) (1794-1796), cuya postura está tomada de una versión del hombre vitruviano, la de Vincenzo Scamozzi en Idea dell’architettura universale.
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